Cuando escuchamos el nombre Herschel nos viene a la memoria el gran astrónomo William Herschel, descubridor del planeta Urano. William Herschel al descubrir un planeta nuevo, "no sólo había cambiado el sistema solar, sino que había revolucionado el modo en que los hombres de ciencia pensaban acerca de la estabilidad y la creación del mismo" (Richard Holmes, "La edad de los prodigios").
Pero William no trabajaba sólo: su inseparable hermana Caroline, doce años más joven que él, compartía sus pasiones (la música y la astronomía), su trabajo fue indispensable para los grandes avances astronómicos conseguidos por William, y para su conocimiento por el público, puesto que fue ella quien recogió en sus diarios todo el trabajo de su hermano.
La sombra del gigante que fue William Herschel nos ha impedido ver con claridad la aportación de Caroline Lucretia Herschel, la cazadora de cometas, la primera astrónoma pagada por ello, la primera mujer en recibir la medalla de oro de la Royal Astronomical Society (la siguiente medalla concedida a otra mujer fue en 1996, a Vera Rubin).
Caroline Herschel. Fuente |
La familia Herschel era una familia de músicos: Isaac Herschel era músico militar, miembro de la Banda de los Guardias de Infantería de Hanóver, y puso empeño en que sus hijos siguieran sus pasos: Jacob era un gran solista, William componía y dirigía y Caroline también era muy apreciada por sus aptitudes vocales, especialmente cantando oratorios. Pero Isaac no olvidó otros aspectos de la educación de sus hijos, como la filosofía, las matemáticas y la astronomía. En cambio su madre, Anna, era una mujer de escasa cultura y con un concepto tradicional del papel que debían cumplir sus hijas en la sociedad y trataba de inculcarlas disciplina, trabajo, ahorro y lealtad a la familia.
Su padre Isaac le inculcó el amor por la observación de los cielos nocturnos, pero pasaba demasiado tiempo fuera de casa. Caroline recordaría siempre la severidad de su madre con ella en contraposición con el trato comprensivo y cariñoso que recibían sus dos hermanos mayores, Jacob y Sophia. Su función en casa era la de la asistenta de toda la familia.
En 1757, durante la guerra contra los franceses, William salió de Hanóver rumbo a Londres. Este hecho resultaría crucial para la vida de ambos.
Caroline tenía una salud delicada: a los cinco años enfermó de viruela y a los once de tifus. La desatención de su madre le dejó consecuencias de ambas: de la viruela le quedó la cara desfigurada toda la vida; la tifus atrofió su crecimiento y no pasó del metro y medio de estatura en una familia de hijos altos.
Su padre murió en 1767 y cinco años después, en una visita de William a su familia, convenció a su madre para que Caroline le acompañara a Bath, donde se había instalado y trabajaba como organista y director de la orquesta de la ciudad. También había comenzado ya su estudio de la astronomía, del
William y Caroline Herschel. Fuente |
Una nueva vida
William instó a Caroline a que tomara las riendas de su vida, a que tomara lecciones de canto y practicara con el clavicémbalo. También se hizo cargo de la administración de la casa, a pesar del poco inglés que iba aprendiendo. William la trataba con cariño, pero con severidad.
Finalizadas las tareas domésticas, Caroline podía dedicarse a su carrera musical y llegó a ser una soprano apreciada. El 15 de abril de 1778 debutó como solista principal con un conjunto de piezas del Mesías de Häendel en la Nueva Sala de Bath. Su actuación fue un éxito y le propusieron tomar parte en el Festival de Birminghan al año siguiente, pero ella rechazó esta oportunidad con el argumento de que sólo quería cantar cuando su hermano dirigiera. De esta forma tal vez se truncara una incipiente carrera musical, cambiándola por una ilusionante y afamada carrera en la ciencia.
William y Caroline comenzaron a combinar sus tareas domésticas y musicales diurnas con sus observaciones astronómicas nocturnas. William diseñó un nuevo modelo de telescopio de reflexión de gran tamaño y comenzó a elaborar sus propios espejos para ellos. Transformaron su casa en un taller de construcción, su patio en un improsivado observatorio y poco a poco fueron abandonando sus clases de música y los conciertos para dedicarse en cuerpo y alma a la observación astrónomica.
Los descubrimientos
Observación nocturna de William y Caroline Herschel. Fuente. |
En estos tiempos, Caroline era la asistente perfecta de William. Por las noches, mientras él observaba con el telescopio, ella anotaba los detalles que su hermano le dictaba, permiténdole aprovechar el tiempo mucho mejor. Durante el día, Caroline praparaba las observaciones de la noche siguiente, mantenía los telescopios, realizaba los cálculos sobre las estrellas que había que usar como referencia, pasaba a limpio los datos para su posterior publicación. Con tiempo despejado pasaban seis o siete horas sin descansar.
Por esta época Caroline comenzó a realizar sus propias observaciones con un telescopio más pequeño, interrumpidas frecuentemente por los gritos de su hermano para anotar alguna observación realizada con su gran telescopio. Las observaciones eran más frecuentes y más fructíferas cuando él se encontraba en algún viaje y ella podía dedicarse enteramente a su tarea sin temer interrupciones ni distraciones.
En 1785 William Herschel publica por primera vez uno de los descubrimientos de su hermana: una pequeña nebulosa asociada a Andrómeda, que Caroline descubrió el 27 de agosto de 1783 y que no figuraba en el catálogo de Messier. Hoy es conocido como NGC 205 (Nuevo Catálogo General) o M110 (catálogo Messsier). Éste fue el primer objeto de espacio profundo descubierto por Caroline Herschel.
La nebulosa desubierta por Caroline Herschel se observa como un pequeño "satélite" bajo la galaxia de Andrómeda. Adam Evans. |
Cuando descubrió su segundo cometa en diciembre de 1788, su prestigio creció no sólo en Gran Bretaña sino especialmente en Francia y Alemania. El director del observatorio real de Paris, el astrónomo Pierre Méchain, dijo de ella que "su fama se mantendrá con honor a lo largo de los siglos".
Calendario sober astrónomas en el Año Internacional de la Astronomía |
En años posteriores continuó sus observaciones y sus descubrimientos; ocho cometas y catorce objetos de espacio profundo (cúmulos y galaxias) recogidos en el NGC con los números 189, 205, 225, 253, 381, 659, 752, 891, 2349, 2360, 2548, 6633, 7380 y 7789.
NGC 253, la galaxia de la moneda de plata. Fuente |
Cuando su hermano William se casó en 1788, la relación entre ambos entró en una nueva etapa, con un progresivo enfriamiento tanto en su relación personal como profesional. Sin embargo, esto le permitió seguir trabajando en sus observaciones y nunca tuvo un reproche para su hermano, al contrario, siempre que podía alababa su trabajo, su dedicación y sus descubrimientos. Además, jugó un papel crucial en la educación de su sobrino quien continuó la saga familiar de astronomos.
Caroline Herschel con 92 años. Fuente |
A la muerte de William (1822) regresó a Hanóver, donde vivió hasta los 97 años de edad. En estos años continuó su trabajo de catalogación y mantuvo un contacto permanente con su sobrino.
En 1828 le fue concedida la medalla de oro de la Royal Astronomical Society (la siguiente medalla concedida a otra mujer fue en 1996, a Vera Rubin). En 1835, con 85 años de edad, fue nombrada miembro honorario de esta Sociedad, ya que ser miembro de pleno derecho estaba vetado a las mujeres. Y tres años más tarde fue nombrada también miembro honorario de la Academia Real de Irlanda y en 1846 el rey Federico-Guillermo IV de Prusia le otorgó la Medalla de Oro de la Ciencia.
Caroline murió en Hannover el 9 de enero de 1848, a los 97 años de edad. Escribió su propio epitafio en el que podemos leer “Los ojos de ella, en la gloria, están vueltos hacia los cielos estrellados”.
Posteriormente, en 1889, fue bautizado en su honor el asteroide Lucretia (segundo nombre de Caroline), y en el siglo pasado, el cráter lunar C. Herschel, al borde del Mare Imbrium.
Phillip Henry y Hannah Martin le dedicaron esta canción.
El libro "La edad de los prodigios" recoge, entre otros muchos científicos, los avatares de la vida de Caroline Herschel, de donde he tomado la mayor parte de los datos de este artículo.
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