miércoles, 8 de abril de 2015

Los tres errores en la enseñanza de la ciencia

"El Romanticismo introdujo tres temas importantes en la ciencia biográfica. En primer lugar, el "síndrome de Newton", la idea del genio científico, según la cual son un pequeño número de individuos - a menudo aislados- de talento innato los que hacen avanzar la ciencia. En segundo lugar, la existencia del "momento eureka", según el cual los grandes descubrimientos se producen sin previo aviso (y sin mucha preparación), en un instante repentino e intenso de revelación y síntesis. En tercer lugar, "la pesadilla de Frankenstein", de acuerdo con la cual el progreso científico es, en realidad, una forma velada de destrucción" (La edad de los prodigios, Richard Holmes).


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De esta forma seguimos comunicando la Ciencia a nuestro alumnado, otorgando premios a los aciertos e ignorando los errores, privilegiando a quienes aciertan y olvidando a quienes trabajan. Y les enseñamos la Ley de Ohm, el principio de Pascal, las leyes de Newton, la Teoría de deriva continental, etc., que parecen a nuestro alumnado de la misma categoría que la ley de Talión, los mandamientos o los pecados capitales. 

Si queremos alumnado crítico, con interés científico, con espíritu emprendedor (ahora que gusta tanto el concepto en política) no podemos seguir enseñando así la Ciencia, diga la administración lo que diga, que suele hacer lo contrario de lo que predica. Claro que viendo el currículo de la religión, está bastante claro lo que pretende.
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domingo, 8 de marzo de 2015

La cazadora de cometas: Caroline Herschel.


Cuando escuchamos el nombre Herschel nos viene a la memoria el gran astrónomo William Herschel, descubridor del planeta Urano. William Herschel al descubrir un planeta nuevo, "no sólo había cambiado el sistema solar, sino que había revolucionado el modo en que los hombres de ciencia pensaban acerca de la estabilidad y la creación del mismo" (Richard Holmes, "La edad de los prodigios"). 
Pero William no trabajaba sólo: su inseparable hermana Caroline, doce años más joven que él, compartía sus pasiones (la música y la astronomía), su trabajo fue indispensable para los grandes avances astronómicos conseguidos por William, y para su conocimiento por el público, puesto que fue ella quien recogió en sus diarios todo el trabajo de su hermano.
La sombra del gigante que fue William Herschel nos ha impedido ver con claridad la aportación de Caroline Lucretia Herschel, la cazadora de cometas, la primera astrónoma pagada por ello, la primera mujer en recibir la medalla de oro de la Royal Astronomical Society (la siguiente medalla concedida a otra mujer fue en 1996, a Vera Rubin).

Caroline Herschel. Fuente
Caroline Lucretia Herschel nació el 16 de marzo de 1750 en la hoy ciudad alemana de Hannover. Hija de Isaac y Anna, tuvo cinco hermanos: Jacob, Shopie, William, Alexander y Dietrich, aunque era William con quien más unida estaba.
La familia Herschel era una familia de músicos: Isaac Herschel era músico militar, miembro de la Banda de los Guardias de Infantería de Hanóver, y puso empeño en que sus hijos siguieran sus pasos: Jacob era un gran solista, William componía y dirigía y Caroline también era muy apreciada por sus aptitudes vocales, especialmente cantando oratorios. Pero Isaac no olvidó otros aspectos de la educación de sus hijos, como la filosofía, las matemáticas y la astronomía. En cambio su madre, Anna, era una mujer de escasa cultura y con un concepto tradicional del papel que debían cumplir sus hijas en la sociedad y trataba de inculcarlas disciplina, trabajo, ahorro y lealtad a la familia. 
Su padre Isaac le inculcó el amor por la observación de los cielos nocturnos, pero pasaba demasiado tiempo fuera de casa. Caroline recordaría siempre la severidad de su madre con ella en contraposición con el trato comprensivo y cariñoso que recibían sus dos hermanos mayores, Jacob y Sophia. Su función en casa era la de la asistenta de toda la familia.
En 1757, durante la guerra contra los franceses, William salió de Hanóver rumbo a Londres. Este hecho resultaría crucial para la vida de ambos.
Caroline tenía una salud delicada: a los cinco años enfermó de viruela y a los once de tifus. La desatención de su madre le dejó consecuencias de ambas: de la viruela le quedó la cara desfigurada toda la vida; la tifus atrofió su crecimiento y no pasó del metro y medio de estatura en una familia de hijos altos.
Su padre murió en 1767 y cinco años después, en una visita de William a su familia, convenció a su madre para que Caroline le acompañara a Bath, donde se había instalado y trabajaba como organista y director de la orquesta de la ciudad. También había comenzado ya su estudio de la astronomía, del
William y Caroline Herschel. Fuente
instrumental y ya era consciente de las limitaciones que los telescopios de la época tenían. Caroline llegó a Bath sin conocer el idioma, con las secuelas de las enfermedades, con una gran timidez, pero con la alegría de recuperar a su hermano y una gran energía acumulada.


Una nueva vida

William instó a Caroline a que tomara las riendas de su vida, a que tomara lecciones de canto y practicara con el clavicémbalo. También se hizo cargo de la administración de la casa, a pesar del poco inglés que iba aprendiendo. William la trataba con cariño, pero con severidad.
Finalizadas las tareas domésticas, Caroline podía dedicarse a su carrera musical y llegó a ser una soprano apreciada. El 15 de abril de 1778 debutó como solista principal con un conjunto de piezas del Mesías de Häendel en la Nueva Sala de Bath. Su actuación fue un éxito y le propusieron tomar parte en el Festival de Birminghan al año siguiente, pero ella rechazó esta oportunidad con el argumento de que sólo quería cantar cuando su hermano dirigiera. De esta forma tal vez se truncara una incipiente carrera musical, cambiándola por una ilusionante y afamada carrera en la ciencia.
William y Caroline comenzaron a combinar sus tareas domésticas y musicales diurnas con sus observaciones astronómicas nocturnas. William diseñó un nuevo modelo de telescopio de reflexión de gran tamaño y comenzó a elaborar sus propios espejos para ellos. Transformaron su casa en un taller de construcción, su patio en un improsivado observatorio y poco a poco fueron abandonando sus clases de música y los conciertos para dedicarse en cuerpo y alma a la observación astrónomica.

Los descubrimientos


Observación nocturna de William y
Caroline Herschel. Fuente.
William buscaba en el firmamento nuevos objetos que le permitieran mostrar su idea sobre el universo. En aquellos momentos, se tenía la idea de que el universo se extendía sólo algunos millones de kilómetros sobre la tierra y que las estrellas fijas no se encontraban a gran distancia. William Herschel opinaba lo contrario y buscaba estrellas dobles y nebulosas que no podían haberse visto hasta entonces por la limitación de la instrumentación. Sus nuevos telescopios permitían mirar más lejos y la idea del espacio profundo fue imponiéndose gracias a sus descubrimientos. Y entonces, en 1781, descubrió Urano, a la que inicialmente dio el nombre de "Georgium Sidus", en honor del rey Jorge III. Éste le concedió una aportación económica de 200 libras al año, y a partir de este momento no se dedicaría a otra cosa.
En estos tiempos, Caroline era la asistente perfecta de William. Por las noches, mientras él observaba con el telescopio, ella anotaba los detalles que su hermano le dictaba, permiténdole aprovechar el tiempo mucho mejor. Durante el día, Caroline praparaba las observaciones de la noche siguiente, mantenía los telescopios, realizaba los cálculos sobre las estrellas que había que usar como referencia, pasaba a limpio los datos para su posterior publicación. Con tiempo despejado pasaban seis o siete horas sin descansar.
Por esta época Caroline comenzó a realizar sus propias observaciones con un telescopio más pequeño, interrumpidas frecuentemente por los gritos de su hermano para anotar alguna observación realizada con su gran telescopio. Las observaciones eran más frecuentes y más fructíferas cuando él se encontraba en algún viaje y ella podía dedicarse enteramente a su tarea sin temer interrupciones ni distraciones.
En 1785 William Herschel publica por primera vez uno de los descubrimientos de su hermana: una pequeña nebulosa asociada a Andrómeda, que Caroline descubrió el 27 de agosto de 1783 y que no figuraba en el catálogo de Messier. Hoy es conocido como NGC 205 (Nuevo Catálogo General) o M110 (catálogo Messsier). Éste fue el primer objeto de espacio profundo descubierto por Caroline Herschel.
La nebulosa desubierta por Caroline Herschel se observa como un
pequeño "satélite" bajo la galaxia de Andrómeda. Adam Evans.
El 1 de agosto de 1786 pensó que había descubierto un nuevo objeto en la constelación de la Osa Mayor. Encontrar un objeto en una constelación tan conocida y observada parecía improbable y fue estremadamente meticulosa. Resultó ser un cometa desconocido hasta entonces, el primero de la cazadora de cometas. Este descubrimiento en una época de superioridad de Francia en la observación de los cometas, supuso un gran éxito y fue muy bien valorado por la comunidad científica inglesa y por la propia Casa Real que le asignó la suma de 50 libras al año vitalicias: era el primer salario profesional para una mujer científica en Gran Bretaña.
Cuando descubrió su segundo cometa en diciembre de 1788, su prestigio creció no sólo en Gran Bretaña sino especialmente en Francia y Alemania. El director del observatorio real de Paris, el astrónomo Pierre Méchain, dijo de ella que "su fama se mantendrá con honor a lo largo de los siglos".


Calendario sober astrónomas en el Año Internacional de la Astronomía

En años posteriores continuó sus observaciones y sus descubrimientos; ocho cometas y catorce objetos de espacio profundo (cúmulos y galaxias) recogidos en el NGC con los números 189, 205, 225, 253, 381, 659, 752, 891, 2349, 2360, 2548, 6633, 7380 y 7789.


NGC 253, la galaxia de la moneda de plata. Fuente
El gran catálogo de nebulosas confeccionado por ambos hermanos superaba con mucho al de Flamsteed. "Su reputación como cazadora de cometas le había asegurado una posición científica propia".



Cuando su hermano William se casó en 1788, la relación entre ambos entró en una nueva etapa, con un progresivo enfriamiento tanto en su relación personal como profesional. Sin embargo, esto le permitió seguir trabajando en sus observaciones y nunca tuvo un reproche para su hermano, al contrario, siempre que podía alababa su trabajo, su dedicación y sus descubrimientos. Además, jugó un papel crucial en la educación de su sobrino quien continuó la saga familiar de astronomos.


Caroline Herschel con 92 años. Fuente
Hacia la posteridad


A la muerte de William (1822) regresó a Hanóver, donde vivió hasta los 97 años de edad. En estos años continuó su trabajo de catalogación y mantuvo un contacto permanente con su sobrino.
En 1828 le fue concedida la medalla de oro de la Royal Astronomical Society (la siguiente medalla concedida a otra mujer fue en 1996, a Vera Rubin). En 1835, con 85 años de edad, fue nombrada miembro honorario de esta Sociedad, ya que ser miembro de pleno derecho estaba vetado a las mujeres. Y tres años más tarde fue nombrada también miembro honorario de la Academia Real de Irlanda y en 1846 el rey Federico-Guillermo IV de Prusia le otorgó la Medalla de Oro de la Ciencia.
Caroline murió en Hannover el 9 de enero de 1848, a los 97 años de edad. Escribió su propio epitafio en el que podemos leer “Los ojos de ella, en la gloria, están vueltos hacia los cielos estrellados”.


Posteriormente, en 1889, fue bautizado en su honor el asteroide Lucretia (segundo nombre de Caroline), y en el siglo pasado, el cráter lunar C. Herschel, al borde del Mare Imbrium.


En el año 2011, el programa "A hombros de gigantes" de RNE, le dedicó su sección de biografías de grandes científicos. Puedes escucharlo aquí.


Phillip Henry y Hannah Martin le dedicaron esta canción.



El libro "La edad de los prodigios" recoge, entre otros muchos científicos, los avatares de la vida de Caroline Herschel, de donde he tomado la mayor parte de los datos de este artículo.


Otras mujeres de este blog que pueden interesarte son:


- Margarita Salas
- Rita Levy Montalcini


sábado, 7 de febrero de 2015

El otro Leonardo

(Los contenidos esenciales de este artículo pueden obtenerse a través de un dispositivo móvil y la aplicación Vsearch de Aumentaty, enfocando esta imagen de Leonardo Torres Quevedo)
 

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Leonardo Torres Quevedo, inventor, científico y tecnólogo, ingeniero de Caminos, precursor de la Automática y de la Informática, es un ejemplo de dedicación a la investigación, a la ciencia y la cultura en España. Publica sus mejores trabajos cuando tiene ya más de 50 años de edad. Y pasa casi desapercibido en su tierra, donde apenas es conocido por la población en general.






Estatua a Torres Quevedo en Iguña.
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Leonardo Torres Quevedo, caracterizado por Maurice D'Ocagne (Presidente de la Sociedad Matemática Francesa) como "el más prodigioso inventor de su tiempo", ocupa un lugar de excepcional relieve en la historia universal de la Ciencia y de la Técnica.
Nació en Santa Cruz de Iguña (Molledo), Cantabria, el 28 de diciembre de 1852. Ese mismo año nacía también una de las figuras científicas de talla internacional de nuestra Edad Contemporánea: Santiago Ramón y Cajal, premio Nobel de Medicina en 1906 (más sobre Ramón y Cajal).
Pasa la mayor parte de su infancia en Bilbao donde inicia su formación académica. Completa su formación en Paris y Madrid, en la Escuela del Cuerpo de Ingenieros de Caminos de Madrid, finalizando sus estudios en 1876. Tras esto, comienza a trabajar como ingeniero dedicado a trabajos ferroviarios. Sin embargo, y gracias a una herencia recibida, renuncia a ingresar en el Cuerpo para dedicarse a "pensar en sus cosas", estudiando y viajando por Europa (especialmente Francia y Suiza), con una residencia que se reparte entre Madrid, Bilbao, París... y el Valle de Iguña, donde se casa con Luz Polanco Navarro el 16 de abril de 1885.
Desde su residencia en Cantabria comienza la fabricación de diferentes ingenios que le llevarán a ser conocido mundialmente, no sin tener que superar algunos fracasos, algunas burlas y algunas envidias.
Su primera aportación es el transbordador que, usando unos contrapesos, mantiene siempre constante en el aire al funicular. Aunque en ese momento no fue valorado adecuadamente por sus colegas, años después sería instalado en las cataratas del Niágara, donde hoy en día sigue funcionando. El transbordador del Niágara se inauguraría el 9 de agosto de 1916, constituyéndose para su explotación en Canadá (hasta 1960) una empresa con capital vasco: The Niagara Spanish Aerocar Company. Una placa conmemorativa existe en el lugar.

Sus aportaciones son numerosas y, por desgracia, desconocidas para la gran mayoría de sus paisanos:
  • patenta un sistema de dirigibles autorrígidos (1902-1906) estableciendo los fundamentos para la aerostación dirigida hasta el presente; estos dirigibles tuvieron un gran desarrollo y participación durante la Gran Guerra de 1914-1918, siendo adquiridos por los aliados (Francia, Gran Bretaña, Estados Unidosy Rusia) para la vigilancia de costas, lucha contra los submarinos alemanes y escolta de barcos;

  • inventa el primer aparato de mando a distancia, el telekino (1902), que permitía enviar órdenes a distancia mediante el uso de ondas hertzianas; el 6 de septiembre de 1906, en presencia del rey Alfonso XIII y ante una gran multitud, hace una demostración del telekino en el puerto de Bilbao, maniobrando un bote a distancia, aunque su intención era aplicar el telekino para la industria militar, en proyectiles y torpedos, proyecto fracasado por falta de financiación;

  • construye el primer funicular aéreo para pasajeros del mundo, el transbordador del Monte Ulía (1907);  resolviendo el problema de la seguridad mediante un ingenioso sistema múltiple de cables-soporte, liberando los anclajes de un extremo que sustituye por contrapesos.La ejecución del proyecto corrió a cargo de la Sociedad de Estudios y Obras de Ingeniería de Bilbao, que construyó con éxito otros transbordadores en Chamonix, Río de Janeiro, etc.;

  • y se adelanta en varias décadas a los pioneros de la Informática del siglo XX, con sus ajedrecistas (1914, 1922), considerado el primer videojuego de la historia, y su aritmómetro electromecánico (1920), el primer ordenador en sentido actual de la historia. Las máquinas analógicas de cálculo buscan la solución de ecuaciones matemáticas mediante su traslado a fenómenos físicos. Los números se representan por magnitudes físicas, que pueden ser rotaciones de determinados ejes, potenciales, estados eléctricos o electromagnéticos. Desde el punto de vista práctico, muestra que es preciso emplear mecanismos sin fin, tales como discos giratorios, para que las variaciones de las variables sean ilimitadas en ambos sentidos.
aritmómetro de Torres Quevedo,
precursor de las calculadoras actuales
Ajedrez









Algunas muestras del prestigio que tuvo en su época Torres Quevedo son:
  • la imposición en 1916 de la Medalla Echegaray por el rey Alfonso XIII
  • la propuesta en 1918 para el cargo de ministro de Fomento, que rechaza; 
  • el  ingreso en la Real Academia Española en 1920, en el sillón que había ocupado Pérez Galdós, 
  • miembro de la sección de Mecánica de la Academia de Ciencias de París en el mismo año 1920.
En 1922, la Sorbona le nombra Doctor Honoris Causa. Es tal su prestigio en Francia, que en junio de 1927 la Academia de Ciencias de París le elige como uno de los doce miembros "Asociados Extranjeros" con 36 sufragios. Sus rivales obtienen escasos apoyos: Ernest Rutherford, 4 votos; Ramón y Cajal, 2 votos.

Murió en Madrid, durante el sitio de 1936 en plena Guerra Civil, el día 18 de diciembre de 1936.

Durante muchos años ha sido un personaje casi desconocido en Cantabria y en el resto de España. No obstante, numerosos edificios y organismos llevan en la actualidad su nombre, como la Fundación Torres Quevedo de la Universidad de Cantabria, el IES Leonardo Torres Quevedo de Santander, el CEIP Leonardo Torres Quevedo en la Serna (Cantabria), el Museo Torres Quevedo en la Universidad Politécnica de Madrid, y numerosas calles en diferentes ciudades españolas. 
En los últimos años se está recuperando el gran papel del ingeniero y matemático español, e incluso Google se acordó de él.



Para obtener más información, puedes visitar los siguientes enlaces:



miércoles, 7 de enero de 2015

Año Internacional de la luz 2015


El 20 de diciembre de 2013, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en su 68ª Asamblea Anual proclamó 2015 como el Año Internacional de la Luz y las Tecnologías basadas en la Luz. Dicha resolución cuenta con el copatrocinio de 35 países entre los que se encuentra España.

Mediante dicha decisión la ONU reconoce la importancia que la Luz y las Tecnologías basadas en la Luz tienen en la vida de los ciudadanos del mundo, en el desarrollo de la sociedad y en los retos a los que se enfrenta la Humanidad. La luz juega un papel fundamental en nuestra vida cotidiana. Ha revolucionado, entre otros aspectos, la medicina o la manera de fabricar productos y ha posibilitado el desarrollo de Internet.


El Año Internacional de la Luz pretende comunicar a la sociedad la importancia de la luz y sus tecnologías asociadas en el mundo actual en áreas tan importantes como la energía, la educación, la salud, la comunicación, etc.

Durante el año 2015, se organizarán numerosas actividades de divulgación científica para destacar la importancia de la ciencia y las tecnologías basadas en la luz en ámbitos como la salud, las comunicaciones, la economía, el medio ambiente o la sociedad.  Para ello se ha creado el Comité Español para la celebración del Año Internacional de la Luz, cuyo sitio web se encarga de recoger toda la información disponible sobre las diferentes acciones a realizar. También participan el Instituto de Óptica del CSIC, la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) y la Real Sociedad Española de Física, entre otras muchas organizaciones.

Fuente. Diario el País

Acercar a la sociedad las utilidades y los beneficios que la luz y las tecnologías basadas en ella aportan a la vida diaria de los seres humanos. 
Ése es el objetivo principal de las actividades que se organizarán en distintos puntos del país a lo largo de 2015. Desde charlas y debates a cargo de destacados científicos a experimentos y juegos destinados a fomentar el interés de los más jóvenes, pasando por aplicaciones móviles o exposiciones.